miércoles, 7 de septiembre de 2011

Randazzo, que pedazo de gaznápiro.

Este Florencio nunca se caracterizó por ser muy astuto, salvo que se interprete astucia como capacidad de hacerse rico en el paso por la función pública, pero no en cualquier otra interpretación del término. Pero últimamente, cebado con los resultados de las primarias, el pibe se desbocó y se cree un semi Dios en el Reino de Cristina, y como tal se subió a una nube de soberbia ignorante y obsecuente desde la cual cree que puede decir cualquier cosa con la más absoluta irresponsable impunidad. Lamentablemente este tipo de actitudes de Ministros y demás zonceras oficiales no asombran, pasan casi inadvertidas, porque sencillamente es una actitud permitida, y hasta alentada, desde la misma cabeza del gobierno nacional. Pareciera que a los funcionarios nacionales no se los elije por sus capacidades para el ejercicio de la función pública; pareciera que la cualidad fundamental que debe cumplir un funcionario del gobierno nacional es su grado de ciega obsecuencia crsitinista, como antes lo era con su marido. Aníbal, Florencio, Amado y otros tantos gaznápiros se han ganado su “puestito” dentro del gobierno nacional a base de su obsecuencia, por ser más crsitinistas que Cristina, más que por su capacidad de resolver los temas que aquejan a todos y todas.

En el caso de Randazzo, su patética obsecuencia y sus anisas de figurar lo han hecho decir en los últimos días, un montón de estupideces. Comenzando con el resultado de las primarias y negando casi indignadamente cualquier tipo de anomalía en el acto eleccionario. No importa que los datos del 14 de agosto hayan pasado antes por su Ministerio antes de su destino final para la carga de datos, el Correo Central. Tampoco importa que una Jueza Federal haya denunciado irregularidades, o que un Juez de competencia electoral lo haya desmentido diciendo que hubo “errores muy grandes”. Según la obsecuente cabeza de este Ministro que vive en un mundo ideal, las elecciones fueron absolutamente limpias, perfectas, pristinas. Pero bueno, que diga lo que quiera.

Luego, en una conferencia de prensa, y haciendo un nuevo esfuerzo para caerle simpático a la Presidente, se emprende en un enfrentamiento con los medios, en particular contra La Nación y Clarín; acusando a los mismos de cometer actos contra el gobierno, de ser desestabilizadores y antidemocráticos. En un acto mental simplista, el Ministro interpreta cualquier noticia o crítica hacia algún acto de gobierno, como un golpe de estado. Lamentablemente, esta actitud del Ministro no parece ser un rapto personal de una mente pequeña, parece ser una política de estado. Pero bueno, es lo que hay. Tristemente parecido el célebre “algo habrán echo”. Y no quiero con esto asemejar al gobierno con la dictadura. Por bueno o malo que sea el gobierno, no deja de ser un gobierno electo con el voto popular. Me puedo bancar un mal gobierno, que haga mal las tareas, y que con sus políticas empeñe nuestro futuro y nos deje, tarde o temprano, con el culo hacia el norte. Bueno o malo, es lo que la gente eligió. Lo que no estoy dispuesto a hacer es soportar a un montón de chupamedias decir cualquier cosa con la más absoluta e impúdica impunidad. Si Randazzo o cualquier otro dice boludeces montados en su nube de soberbia soberana, los simples mortales, ciudadanos de este bendito país, tenemos el derecho de remarcar lo boludo que es.

Y ahora, en hasta el momento, su último “acting”, Randazzo acusa con la más absoluta liviandad a Tato Bores de haber sido cómplice de la dictadura militar y parte responsable en la desaparición de 30.000 personas. Una reflexión instantánea a estos comentarios del Ministro chupamedias es decir: puta carajo, no puede ser tan pelotudo este tipo. ¿Y este es Ministro de la Nación? Luego recordar cuando yo era un pibe y veía a Tato Bores, escuchaba sus monólogos, y más allá del humor, comprender de esos monólogos que en Argentina pasaban cosas que no estaban bien. Tato Bores con sus monólogos era uno de los actores que nos hacían ver que había una realidad no contada oficialmente en Argentina. Lo digo con mucho respeto, como lo decía usted Randazzo, que le exigía a Tato una actitud mucho más combativa, ¿combativa como Néstor y Cristina durante la dictadura, ejecutando juicios hipotecarios con la 1050 de Martínez de Hoz? ¿combativo tal vez como el Ministro Héctor Timerman que elogiaba a Videla desde el diario que dirigía? Definitivamente Tato tenía mucho más bolas para al menos incomodar a la dictadura, mucho más bolas que muchos de los que ahora comparten con usted el gabinete nacional. Dice Randazzo tener miedo de estar cometiendo una injusticia con sus dichos, y está claro que la está cometiendo. Pero lo dicho, montados a una nube de soberbia, tienen la impunidad de decir cualquier cosa. Tenga cuidado Señor Ministro con la “maquina de cortar boludos”, y si no sabe a que me refiero busque en youtube así Tato Bores se lo explica. Por último dejeme hacer futurología Señor Ministro, la próxima víctima de su boca locuaz tal vez sean otros artistas y acuse de apología durante la dictadura a Charly García, La máquina de hacer pájaros, al Flaco Spinetta, al topo gigio o a Jacinta Pichimahuida.

Recordando a Gilda


http://www.youtube.com/watch?v=EP54W1qf-8A