domingo, 22 de febrero de 2009

Argentinos por su nombre

Hoy me pongo a escribir, sin tema y sin matriz, solo a ver que sale, y averiguar que es lo que usted comparte. Queridos lectores, no esperen que siga rimando durante todo el artículo, lo hice en la primera oración porque así me salió. Es cierto que hay temas, siempre hay temas, que uno puede juzgar, analizar o simplemente poner a consideración de quien lee esta líneas; y me refiero a temas de cualquier índole, sean municipales, provinciales, nacionales o incluso internacionales; temas de deporte, sociales, policiales, etc.. Pero hoy quise empezar a escribir sin tener de entrada una idea sobre que tema tratar, simplemente ponerme frente al teclado y escribir lo que vaya saliendo. En realidad, una pequeña idea tenía, ponerme a escribir sobre nosotros mismos, los argentinos; por eso le robé el nombre al programa de Andy para el título. Pero eso es todo, solo la idea de escribir sobre nosotros mismos, sin saber que es lo que voy a estar escribiendo.
Hay un dicho que dice: "tenemos los gobiernos que nos merecemos". No sé si esto es tan así, pero tal vez algo de razón tenga el dicho. Creo que la inmensa mayoría de los argentinos no deberíamos porqué sufrir de tan malos gobernantes, de políticos corruptos que solo se hacen ricos a costilla del sacrificio de todos. Los políticos en argentina, en general, son una casta de mierda; gente inescrupulosa que son capaces de usar cualquier medio, cualquier golpe bajo, solo con la finalidad de encumbrarse ellos, personalmente, en un espacio mayor de poder. Obsérvese que dije, en general, es decir, la gran mayoría, o dicho de otra manera, no todos. Acabo de escribir esta última oración y veo un ejemplo de lo mencionado. El artículo anterior a este trataba sobre el asesinato del policía Aldo Garrido en San Isidro. Mucho se dice que la policía es otra casta, otro antro de corrupción, que antes que velar por la seguridad están más preocupados por cuidar sus "negocios". Este policía asesinado ha sido un ejemplo de que a pesar de todo, uno puede mantener sus principios y su orgullo de portar un uniforme. Si, hay mucha policía corrompida, pero también hay muchos policías que solo quieren hacer su trabajo de la mejor manera. Lo mismo pasa con los políticos. El tema es que tenemos décadas de sistemas corruptos, y el policía honesto como el político, deben enfrentar esos sistemas corruptos. Los argentinos tenemos la corrupción inquistada desde hace mucho tiempo; en la política, la policía, la justicia, los negocios, el comercio, en todas partes.
¿Pero quien tiene la culpa de todo esto? Nosotros, los argentinos. Tan solo debemos recordar que los políticos corruptos, los policías corruptos, los jueces corruptos, los empresarios corruptos o los comerciantes corruptos, son simplemente... argentinos corruptos. Los políticos son tal vez, simplemente, la mayor muestra de corrupción, pero no la única. Todos somos corruptos. Y no hay nada que hacer, no podemos acabar con tantas décadas de corrupción de la noche a la mañana, lo que sí podemos hacer es ir tratando, cada uno desde su lugar, en bajar nuestros grados de corruptela. Podemos comenzar a premiar a los honestos, o al menos a los menos corruptos. Comencemos con los políticos, y cuando vayamos al cuarto oscuro, no votemos por los que prometen demagógicamente o reparten electrodomésticos antes de las elecciones. Sepamos que esos son solo políticos buscando su espacio de poder y nada más, no les interesa el bien común, solo lo utilizan en sus discursos pero sin sentirlo de verdad. Políticos que llenan plazas, estadios a base de utilizar aparatos partidarios bien aceitados con tantos punteros corruptos, sindicalistas corruptos que llenan colectivos naranjas con gente llevada engañada o rentada. Políticos que en esas manifestaciones organizadas "espontáneamente" comienzan con discursos demagógicos donde hablan de redistribución de la riqueza, de ayudar a los más necesitados, y prometen obras que no van a realizar. Palabras que quedan muy bien en un discurso de tribuna, pero que después no cumplen. O tal vez lo cumplen, pero lo que realmente querían decir sobre redistribuir riquezas significaba, quitárselas a quienes podían para distribuirlas entre ellos.
Y decía que todos somos responsables, que todos somos en mayor o menor grado corruptos. Ejemplos de nuestra corrupción hay a diario, se ve en las calles, las oficinas públicas, en los comercios, etc.. Bajan los precios de los insumos pero no bajan los precios en el mostrador, está prohibido doblar a la derecha pero doblo igual porque es solo media cuadra y no hay nadie. Corrupción y falta de respeto por el otro es lo que tenemos. Es cierto, también somos tremendamente solidarios y muy sociables. Y aún ahí damos muestras de nuestro grado de corrupción y falta de respeto. Cuantas veces nos enteramos de alguna carga de ayuda solidaria que fue desviada a otro destino. Cuanto más solidarios podríamos ser si pudiéramos confiar en aquel otro argentino, el que "solidariamente" se ofrece a entregar la carga. A alguien, a alguna autoridad se le ocurre por ejemplo un medio de control, una tarjeta magnética para entrar a la cancha por dar un ejemplo, y ya hay otros argentinos pensando como engañar ese sistema de control.
He tenido por suerte la oportunidad de conocer otras culturas, otros países. Muchas autopistas no tenían barreras, uno pasa con el auto y arroja en la pasada el costo del peaje en una canasta, sin detenerse. ¿Ustedes creen que eso sería aplicable en este país? O el expendio de diarios, donde uno deja el valor del periódico en la ranura de las monedas, levanta la tapa y se lleva su ejemplar. ¿Sería esto aplicable acá, o el primero que llega se lleva todos los ejemplares posibles al precio de uno solo? Podría dar más ejemplos, un baño público acá debe ser permanentemente monitoreado por algún responsable, sino es así, ese baño público termina siendo un asco y va a ser mejor que se cague encima que hacerlo en ese baño. No sé si fue lo suficientemente gráfico.
Pero volviendo al tema del policía Garrido, uno de los comentarios que recibimos decía este hombre no era un buen policía porque no lo es al ayudar a viejas ricachonas a cruzar la calle. Resentimiento, otro de nuestros problemas. ¿O es que las viejas ricachonas no tienen derechos? ¿Ay que ser vieja pobre para recibir ayuda para cruzar la calle? ¿Lo cortez quita lo valiente? Dejemos resentimientos aparte. Puedo darle algo de razón si me dice que este buen policía no era el mejor efectivo para asistir a un operativo. ¿Y qué? Como policía de la esquina era ejemplar, cortez, un caballero, un hombre que llevaba su uniforme con honor, y que brindaba seguridad a los comerciantes de la zona y a los vecinos que la transitaban. No importa que tipo de policía es uno, lo que importa es que cumpla con su tarea con la dignidad y honestidad con la que la cumplía este policía para que sea reconocido de la manera que fue. Lo mismo vale para cualquier actividad o profesión, políticos incluidos.
Y demos algunos ejemplos más de nuestra corrupción o falta de respeto al prójimo. Cuando usted tiene un papelito, ¿se lo guarda siempre hasta encontrar un tacho de residuos donde tirarlo o en algún momento se le cae en la calle? Cuando está manejando y llega a una esquina y ve a una persona a punto de cruzar, ¿usted detiene la marcha para darle la prioridad al peatón? ¿Qué importa que sea una avenida? En la cuadra de Cazón frente a la Municipalidad, a pesar del cordón amarillo y los varios carteles que dicen prohibido estacionar ¿está prohibido estacionar o no?
¿Y que hacemos los argentinos ante tanta corrupción y falta de respeto? Nada. A lo sumo protestamos entre amigos y parientes ante tanto atropello, pero al final nos sometemos. Vemos que hay vehículos que tienen un permiso especial para estacionar donde se les canta, y no hacemos nada. Nos aumentan las tarifas de los servicios públicos de manera abismal, y no hacemos nada. Al Vice-Presidente de la Nación, en ejercicio de la presidencia, le niegan un avión de presidencia para viajar a Tartagal, y no hacemos nada. Si, ya sé que vecinos de Don Torcuato protestaron por los aumentos de luz, pero al final, vamos a terminar pagando los aumentos abusivos y violatorios de todos modos. También es cierto que el abogado Moner Sanz hizo una presentación en la Justicia por el tema del avión negado al Presidente en ejercicio, pero esto también quedará en la nada.
¿Cual es el mensaje en todo lo que escribo? Tal vez sea que tratemos de mejorar como individuos, como ciudadanos, cada uno desde su lugar, respetando más al prójimo, teniendo mayor participación en los temas que nos afectan a todos, exigiendo respeto por las instituciones. Votar a conciencia y no votar nunca jamás a un candidato que no se preste a conferencias de prensa o debates de ideas, o a un candidato que promete el oro y el moro y luego no solo no cumple, sino que deja su lugar a uno al que no lo votarían ni los parientes.
Y si no, que siga siendo todo un cambalache, donde resulte lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!

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