viernes, 10 de octubre de 2008

Fórmula 1 y el campo

Hace unos días atrás estaba viendo por TV la carrera de Fórmula 1 en Singapur, carrera especial por dos motivos, era la número 800 del historial de la categoría y la primera en correrse de noche en una pista completamente iluminada. Viéndola me preguntaba que podría pasar si se cortaba la luz. Uno de los relatores dio un primer indicio a este interrogante, decía "hace 30 años que no se corta la luz en Singapur". ¿Alguien tiene idea de cuantas veces se corto la luz en Argentina en los últimos 30 años?.

Fuera del tema de la luz, y continuando con el espectáculo, veía semejante desarrollo e infraestructura alrededor de una carrera de Fórmula 1, y pensaba: "que increíble el desarrollo de algunos paises, ciudades y/o estados alrededor del mundo". Singapur y Honk Kong por ejemplo a partir del comercio; países árabes a partir del petróleo, y podría dar algunos ejemplos más. Pero lo interesante es que estos desarrollos los alcanzaron a partir de una actividad principal. El comercio en algunos casos, el petróleo en otros. Y a partir de esa actividad principal se desarrollaron modernísimas ciudades de la nada, donde los habitantes tienen por lo general un gran ingreso pér cápita, muy buenos servicios, y casi no existe la pobreza.

Pero hablándo de Singapur, leo un artículo aparecido en La Nación, que comienza diciendo: "Nosotros queremos comprar carne argentina, que aquí es muy apreciada, pero la Argentina no nos quiere vender, ¿por qué?" La incómoda pregunta abre el diálogo en un restaurante de Singapur, pero el que la formula no es el chef. Es el director para América del Ministerio de Relaciones Exteriores de esta ciudad-Estado, Ng Teck Hean. No espera respuesta. Sólo comparte, durante un almuerzo con un grupo de periodistas invitados por Singapur como parte del Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este (Focalae), una incógnita que aquí resulta inexplicable.

Cabe entonces el interrogante, cierto es que Argentina tiene petróleo, agua, gas, y otros recursos más, muchos recursos, uno de los países más ricos en recursos naturales. Pero no tenemos tanto petróleo como los países árabes o como la misma Venezuela; tampoco nuestro comercio es tan importante como el de Honk Kong o Singapur. El interrogante es, ¿cúal es nuestra mina de oro?. Respuesta casi inmediata, los alimentos.

Paises desarrollados nos quieren comprar carne y otros alimentos, que tienen su origen en el campo argentino. En la actualidad y ante la demanda mundial de alimentos, podríamos decir que el país tiene una situación de privilegio frente al concierto de las naciones. Pero mientras el mundo nos quiere comprar lo que producen nuestros campos, en este país gobernado actualmente por la patota K, le decimos que no, cerramos las exportaciones y castigamos a los productores. En vez de cuidar a la gallina de los huevos de oro, la corremos. La acusamos de golpista, de quemar pastizales, de desabastecer, de la inflación, de quererse comprar 4x4, de tener obispos violadores, de cualquier cosa la acusamos a la pobre gallina.

No digo que la gallina, el campo, sean todos santos, desde luego que no; como tampoco son santos todos los que nos gobiernan. Pero uno vé esos países que se desarrollaron a partir de una actividad principal, vé las posibilidades de la Argentina en ese sentido, y la verdad es incomprensible la obstinación kirchnerista de no resolver el tema con la gallina de los huevos de oro.

Cuantas chances ha tenido y tiene Argentina de ser grande, y no hacemos otra cosa que desaprovecharlas.

Fuente: urgente24.com

http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews[tt_news]=109547&cHash=d3d491fe7c

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es loable que lo inspire una carrera de F1 para abordar los grandes problemas nacionales. Pero sería atinado que, antes de volcar las conclusiones a su blog, investigue un poco el tema. Es tan superficial -con todo respeto- su análisis que no puede contestarse. Preocupa que pueda tratar los temas tigrenses de la misma forma.

Un vecino de Tigre dijo...

Si me permite Sr. Anónimo, debo concordar con usted que para opinar y comentar con criterio lo más atinado es informarse e investigar el tema, hasta ahí concuerdo con usted.
Pero, primero, si es por estar bien informado e investigar bien los temas de los que se va a opinar, que un simple vecino de una localidad del gran Buenos Aires lo haga no es tan grave como que lo hagan legisladores nacionales que luego con sus votos convierten en ley temas de los que no tienen conocimiento alguno.
Segundo, este es un blog de un simple vecino de Tigre. Cuando dos vecinos se encuentran y se ponen a charlar en la calle, no preparan e investigan los temas de los que van a charlar.
Si usted busca análisis profundos de la realidad nacional, donde todo lo que se escribe tiene un gran trabajo de investigación, entonces permitame decirle que se equivocó de espacio.
Este es el espacio de un simple vecino comunicándose con otros vecinos.

Gracias, lo saludo atte.

Juan Perez
Un vecino de Tigre

Anónimo dijo...

Estaría de acuerdo, pero creo que Ud. al mediatizar sus conceptos se transforma en algo distinto a un simple vecino. Y me parece que tiene condiciones como para no escribir sólo por raptos de inspiración. Será saludable para todos sus lectores si Ud. profundiza, querido amigo.