Kunkel, un imberbe

Casi desde comienzo de año que el gobierno nacional debe enfrentar un conflicto con un sector de la sociedad, el campo. Hasta ahora, nunca, jamás ha hecho un esfuerzo por solucionarlo. Si han solucionado alegremente posibles conflictos con por ejemplo, el gremio de camioneros, tan bien representado por los Moyano. Claro, a cambio Moyano y sus huestes son aplicados soldaditos de la causa kirchnerista. Pero si el conflicto se dá con un sector no afín al gobierno, con un sector que tiene independencia de criterio y no necesita las dádivas o favores del poder ejecutivo; entonces parece que la resolución del conflicto no es tan sencilla, en estos casos priva la política tan kirchnerista del enfrentamiento hostil.

Esto claramente no significa que el campo tiene razón, tampoco significa que lo tenga el gobierno; significa clara y sencillamente que cada parte tiene su parte de razón. Pero para encontrar las coincidencias hay que buscarlas, y en este sentido el gobierno de los Kirchner no parece tener ninguna intención siquiera de sentarse a discutirlas.

Y para muestra basta un botón. Ante el conflicto con el campo y la crisis provocada por la prolongada sequía, sale uno de los más encumbrados referentes del kirchnerismo a decirle a la Iglesia y al Cardenal Bergoglio "que le pidan a Bergoglio que rece más fuerte y que haga llover más, nosotros no podemos manejar las nubes..." Así les contesta este imbécil a los productores que ven día a día como se les mueren las vacas. Pero como si esto no fuera suficiente sigue con su embate diciendo "que deje decirle al gobierno que es lo que tiene que hacer y se ocupe de sus curas violadores." Este personaje es Carlos Kunkel, diputado kirchnerista, aquel que en la votación contra la 125 le dijo de todo menos lindo a Felipe Solá. Un imberbe y estúpido, como álguna vez le dijo el General Perón a los montoneros en la plaza.